lunes, 3 de diciembre de 2012

Ponerse un delivery

Me gustaría algunas veces poder empezar a trabajar en mi comercio propio, porque ya estoy cansado de trabajar en una oficina, bajo la rutina de lo mismo todos los días, por algo que ni siquiera es mío, por lo cual siento que no tiene ningún objetivo. Claro, el de la plata y es que hay que comer a fin de mes, pero durante el resto del tiempo me aburro y me siento desahuciado, eso es lo que me pasa a mí. Cuando veo una oficina me genera urticaria y cada vez tengo menos ganas de ir a trabajar. No sé si lo que me molesta es el trabajo o que el trabajo no sea propio, tener que trabajar para otra persona y que te pidan que te pongas la camiseta de la empresa. Si estás trabajando por dinero, entonces qué camiseta puede uno ponerse. La camiseta del dinero, tal vez, pero no la camiseta de la empresa. De todos modos, conozco gente que se pone la camiseta de la empresa y otros que se lo toman demasiado en serio y se ponen hasta el buzo. Cualquier fundamentalismo es exceso y cuanto más alto se sube, más suerte se cae. Gente que luego es despedida de sus trabajos, que se creía indispensable y de un día para el otro se da cuenta de que no lo es. De que lo que hace lo puede realizar cualquiera y de que todos somos perfectamente remplazables, algunos más fácilmente que otros, pero al fin y al cabo todos los somos. Yo estoy pensando en ponerme un delivery, sé que el trabajo de la comida es arduo al principio, pero el local propio tiene sus satisfacciones. Además es un buen negocio, sobre todo en Barrio Norte, donde voy a ponerlo yo, que es un lugar donde tiene bastante salida.